Manejo y cuidados en demencia senil
Una de las actividades más interesantes y más humanas que se realizaron durante el pasado congreso de Salud Mental, fue el intensivo taller “Manejo y cuidados en demencia senil” que impartió el pasado jueves 6 de octubre Maite González Cosío, enfermera geriatra con posgrado por el Hospital del Sur de Aalborg, Dinamarca, y más de 24 años de experiencia en tratar a personas con esta enfermedad.
Desgraciadamente la población en general tiene un desconocimiento absoluto de lo que son las demencias, creen que la demencia es una enfermedad psiquiátrica; la demencia es una enfermedad neuro-degenerativa, incurable hasta hoy en día
Decenas de personas de la localidad se dieron cita en las instalaciones de la Sala de Diálogos del CIE para participar en este taller, que tuvo una jornada intensa desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde. En esta capacitación, la geriatra compartió sus conocimientos y experiencia para orientar a los presentes sobre cómo afrontar esta triste enfermedad.
“En estos 24 años lo que yo me he fijado es que en nuestro país, concretamente en nuestro país, el principal problema de las familias es la falta de educación, la falta de conocimiento a qué se están enfrentando. Desgraciadamente la población en general tiene un desconocimiento absoluto de lo que son las demencias, creen que la demencia es una enfermedad psiquiátrica; la demencia es una enfermedad neuro-degenerativa, incurable hasta hoy en día. Yo sí creo absolutamente en la educación y he visto a través de estos años que la familia que sabe a qué se esté enfrentando lo vive de una forma diferente. No se le quita el dolor, no se le quita la tristeza, no se le quita el estrés, pero si camina diferente el trecho que tienen que llevar con su paciente, con su familiar, en la enfermedad, en cuanto a las reacciones de qué es lo que hace el paciente, cómo lo hace, etcétera”.
Entrevistada previo al inicio de este taller, González Cosío señaló que la falta de educación en nuestro país sobre los problemas de demencia senil a veces viene aunada a problemas de idiosincrasia, donde el miedo es el factor más común.
“Cuando yo llegué a México y empecé a ver estos pacientes, me encontraba a todos los abuelos debajo de la mesa, atrás de las cortinas, es decir, a la familia le da vergüenza. Lo que la familia tiene que entender es que es una enfermedad que no es porque el paciente tenga ganas de hacer lo que hace, porque el paciente no es consciente de su propio conducta y que una vez que el cerebro se afecta, pues el cerebro es el que rige nuestra conducta. La sociedad en general tiene que aprender que estos pacientes, la mayor parte del día viven a través del miedo”.
La jornada completa estuvo llena de diferentes actividades donde los asistentes participaron activamente, asimilando información relacionada con las causas que generan la demencia senil, cómo el cerebro de la persona afectada se ve comprometido, cómo reaccionar ante los actos de la persona afectada. Y, finalmente, a tratar de romper mitos con la esperanza de que las personas puedan sobrellevar de una mejor manera esta dura prueba.
“Que no hay forma de frenar la enfermedad, que no hay cura ni en los Estados Unidos, ni en Catemaco, ni en ninguna parte del mundo. Y una vez que van aceptando y van conociendo, es muy importante ver que empiezan a vivir la enfermedad de otra forma”.