El teatro, un encuentro humano: David Jiménez
Con más de 9 años de experiencia profesional en las artes escénicas, David Jiménez Sánchez, becario del programa “Jóvenes Creadores” del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) visitó la ciudad de Los Mochis para ofrecer un taller gratuito sobre Dirección Teatral del 16 al 19 de agosto en las instalaciones del Centro de Innovación y Educación.
David dirige actualmente una compañía de teatro llamada “8 Metros Cúbicos” en la que convive con muchos otros jóvenes artistas. Originario de Guadalajara, Jalisco, migró a la Ciudad de México para estudiar en el Colegio de Literatura, Gramática y Teatro de la UNAM, precisamente por la especialidad en Dirección Escénica, algo que le apasiona principalmente por las interacciones humanas que genera.
Previo al inicio de su taller, en el que participan alrededor de 20 personas de la localidad, tuvimos la oportunidad de entrevistarlo sobre diversas cuestiones relacionadas a la producción teatral en nuestro país.
¿Qué es lo que te atrae principalmente de la dirección escénica?
Trabajar en la dirección hace que puedas tener diálogos creativos con los iluminadores, escenógrafos y productores y no solamente en la línea del actor-director. Creo que la polivalencia de temas o de cosas que uno debe tener en cuenta desde la dirección lo vuelven muy motivante.
¿Cuál considera que es la principal carencia de la producción teatral en México?
La mayoría del tiempo las obras tienen una vida muy corta. Creo que lo que debemos encontrar como comunidad son los mecanismos para perfeccionar los sistemas de gira que ya existen, como el Festival Nacional de Monólogos a Una Sola Voz, que es toda una línea de 12 ciudades que va recorriendo la obra.
Cómo replicar ese modelo en otras funciones, es decir cómo hacemos que la obra que nosotros montamos pueda tener más vida, eso creo que tiene que ver con que muchas veces nos ensimismamos con nuestros procesos y no todos, todo el tiempo, tenemos la capacidad de poder dialogar con personas de otras regiones para poder intercambiar. Creo que ahí podemos tener la carencia.
¿A qué problemas se enfrentan los jóvenes realizadores escénicos, en materia de espacios, para presentar una obra?
La buena noticia es que desde hace algunos años los nuevos creadores, mientras esperan el poder estar en ciertos recintos que dan más tranquilidad a nivel producción o a los que puede acceder más gente, están haciendo sus obras de teatro en otros lugares, es decir: intervienen lugares. Este trabajo de hacer obras en departamentos, estacionamientos, en la calle, es una herramienta muy importante que los jóvenes ahora tienen.
Nosotros hicimos una obra en un spinning, mientras la gente pedaleaba al mismo tiempo que escuchaba la obra, también hicimos una obra en un orfanato y no cobrábamos la entrada, pedíamos atún, frijoles, que se quedaban en el mismo orfanato.
Ese tipo de cosas están sucediendo todo el tiempo a nivel nacional. Yo he podido presenciar como espectador experiencias en moteles, azoteas, en un montón de lugares. Esto pone al creador como alguien ávido de mostrar su trabajo y al mismo tiempo estamos metiendo las convocatorias y haciendo la fila para esos recintos donde va el público más amplio, y vuelve rico el sistema de que hay un creador que antes de estar en un foro frontal estuvo en un espacio donde tenía otros niveles de convivencia con el espectador.
Y viceversa, muchos de los creadores longevos que han tenido mucha trayectoria en el teatro tradicional –hablando del sistema arquitectónico- ahora están haciendo también intervenciones.
¿Cómo pueden aprovechar los jóvenes creadores escénicos las nuevas tecnologías para dar a conocer su trabajo?
Yo creo que toda herramienta bien utilizada servirá. Muchos de los curadores de festivales lo que te piden ya no es la carpeta sino la liga para ver la puesta en escena. Todos entendemos que ver teatro en video roza lo feo y nunca transmite lo que debe de transmitir. Pero, al mismo tiempo, que al ser una herramienta puede ser usada de muchas maneras; no sólo a nivel contacto o publicidad, sino que también hay muchas obras de teatro que se sustentan en la multimedia. ¿Conviene subir las obras? Creo que sí, entre más gente esté al alcance de nuestro trabajo siempre será bueno.
¿Qué opinión le merece que en Los Mochis pronto contaremos con El Teatro de la Ciudad, un espacio que hemos ansiado por mucho tiempo en esta región?
En cuanto más pluralidad haya es mejor para todos, en cuanto al sentido de la oferta y de cómo podemos explorar nuevas cosas. Lo que tenemos que encontrar es cómo, ahora que tendrán ese excelente espacio para trabajar, se puede activar. No sólo con la comunidad, sino cómo podemos hacer que propuestas que sean interesantes para la comunidad puedan venir y puedan tener intercambio, que ellos vengan y ustedes vayan. Es una buena noticia.
Finalmente, ¿Qué mensaje le dejaría a la sociedad mochitense para que disfrute más del teatro y a los jóvenes creadores para que se motiven a realizar nuevas puestas en escena?
El teatro es un encuentro humano-humano y eso siempre será benéfico. Creo que no sólo a nivel de contenido temático, sino el hecho de sentarse junto a otro ser humano, ver a otro ser humano, intervenir e intercambiar con otro ser humano, eso siempre será benéfico a nivel sensible y en comportamiento individual. Y al mismo tiempo el teatro es uno de los oficios en donde todo cabe, es decir cabe la danza, cabe la escultura, y podemos a través de un encuentro escénico hablar de muchas cosas no sólo humanas, sino estéticas y sociales; y eso creo que puede ser benéfico para todos.