Gesto y materia. Podría decirse que desde su más pura esencia, a esto se remite la pintura, si no es que también el arte en general. Las transmodernidades se encargan, desde sus transiciones, de añadir a esa esencialidad el formalismo de lo retiniano y las complejidades de lo conceptual. Estos trayectos estéticos han proveído a la pintura de una característica libertaria, contrapuesta a los academicismos del pasado clásico y propia de la abstracción, de su constitución de arte como tal y ¿por sí mismo, de lo entendido como arte-por-el-arte.

En una ciudad como esta, caminar bajo la luna es casi la condición de lo cotidiano. En el caso de Carlos Balderrama, trabajar así es una noción que no puede tomarse a la ligera. El uso de materiales específicos en la conformación de su propuesta vuelve necesaria la labor al aire libre, como parte integral del proceso de producción de su obra. Como es de esperar, la luz nocturna le permite aproximarse al control de los campos de color, pero también el medio ambiente facilita la manipulación de la materia desde su soporte o desde su aplicación. Esta relación –literalmente- física con la parte formal de su trabajo es rigurosamente seria.

Pero el caminar bajo la noche  posee también otra implicación; la de su vínculo con los temas y los eventos que parten del arribo de la modernidad hasta nuestros días, bajo la iluminación primordial, amplia y profunda del arte, su evolución y la relación con los contextos que éste representa. De esta manera es posible reconocer la convergencia heredada de estéticas diversas presentes en la conformación de un lenguaje propio, el cual implementa a la abstracción como vehículo contingente, como el resultado de sus procesos de estudio y reflexión.

Lux Nocturna es un proyecto que pretende poseer un cierto carácter retrospectivo. Se trata de un compilado estético y experiencial desde donde es posible revisar las tipologías abordadas por el artista a través de la materia y el gesto, y se compone de manifestaciones diversas: la sustancia como forma y soporte de campos lumínicos de color; componentes gráficos, dispuestos bajo el carácter de un surrealismo trascendental; el legado rupestre y el fuego como recurso pictórico y su contraparte, la representación simbólica del paisaje astronómico; así como la incandescencia como estructura, como atmósfera y como concepto. Lux Nocturna es el cierre de este primer recuento de trabajo, el cual a su vez marca la pauta para continuar, bajo un resplandor que permite divisar un camino nuevo.

Semblanza

Carlos Balderrama Félix (1991) nació en Los Mochis, Sinaloa. Se graduó de la Licenciatura en Artes (UDEM) con excelencia académica en 2016. Posteriormente, fue seleccionado para el Programa de Residencias Internacionales Kaus Australis en Rotterdam, Holanda. Su producción abarca distintos medios, principalmente pintura, fotografía, escultura e instalación.

Dentro de sus exposiciones individuales destacan A walk into the Blazing sun en Galería Casa Gotxikoa (CDMX) y Colateral en Leun’un Arte Habitación ambas en San Pedro Garza García, Nuevo León. También ha participado en exposiciones colectivas como Non-Place to Place en Glassbox Espace d’Art en París, Francia; Hold your breath, feel the time en Kaus Australis, en Rotterdam, Holanda; y Árido Cálido en el Festival Santa Lucía de la ciudad de Monterrey. Actualmente vive y trabaja en Los Mochis Sinaloa.