El valor que me doy es lo que cuenta
Continuando con las actividades del congreso “Valora, ética desarrollo y responsabilidad social” que el CIE realizó del 28 al 30 de marzo, se llevó a cabo la conferencia titulada “El valor que me doy es lo que cuenta” misma que fue impartida por la profesora Angélica Ojeda García, el pasado 29 de marzo, donde la especialista invitó a los jóvenes a reflexionar sobre el valor que están dando a los sucesos de sus vidas.
“Dado a que el evento que nos reúne hoy tiene que ver con valores, quise conducir a los chicos el día de hoy hacia una reflexión. De hecho les presente un pequeño modelo de tres pasos de cómo podemos, a partir de un valor que le demos a algún evento importante que nos esté sucediendo, transformar y resinificar en un valor que se convierta en una guía para la vida”.
La también investigadora de la Universidad Iberoamericana nos platicó que para que los jóvenes aprendan a darse el valor que se merecen y valorar lo que se tiene, es importante seguir tres sencillos pasos: primero, hacer un alto cuando nos sintamos en crisis; segundo, reconocer lo que pierdes y qué fue lo que ocurrió para llegar a ese punto; y por último, darle importancia a lo que estamos perdiendo. Ojeda García, nos explica de manera breve cómo es que podemos lograr este procedimiento.
“El primero, tiene que ver con que generalmente hacemos un alto cuando estamos en crisis. La idea de esto es que el primer paso justo es que hagamos un alto sobre aquello que nos está moviendo y desde adentro le demos un valor a eso que tenemos que resolver. Por ejemplo, si nos peleamos con nuestro mejor amigo, entonces habría que ver, reconocer qué hicimos con él, cuántas aventuras pasamos juntos, cuánto tiempo llevamos juntos, cómo nos hemos reído, divertido, etcétera. Una vez que hagamos esta reflexión, el segundo paso tiene que ver con la parte de la socialización, qué me dio y yo qué di a la relación para lograr estar donde estábamos; y qué paso que no logramos mantener esa comunicación, o cuál fue la diferencia. Entonces hacer una reflexión, pero ya en función de la relación, qué me dio, qué le di etcétera. Ya que hagamos estos dos pasos vamos a estar mucho más sensibilizados y podremos pasar al tercer paso, que será resignificar la relación, es decir, darle la importancia que tiene para nosotros. Poniendo el ejemplo de la amistad, el valor de la amistad va a ser muy importante, nos va a acompañar el resto de la vida, en otros momentos le vamos a dar valor a todas las amistades que hagamos” comentó.
Por último, la especialista resaltó la importancia de que estos tres pasos se apliquen desde temprana edad, una vez que el niño pueda generar razonamiento por sí solo, de esta manera podrá desarrollar más fácilmente el sentido humano y podrá adaptarse a cualquier sistema que se requiera.
“Mientras más temprana edad, una edad de razonamiento te genera mucho más conocimiento hablando de desarrollo humano y de habilidades psicológicas porque lo que la vida te va demandar es adaptarte a todos los sistemas, cual fuera, el sistema escolar, social, familia, laboral, etcétera. La manera de adaptarte es esos tres pasos, cuando algo choque contigo, pues es pensar qué tan importante es eso que está frente a ti, cómo se puede socializar una convivencia lo más sana posible, y luego darle una rezonificación para asimilar y te puedas adaptar a ese sistema”.